LAS YAYITAS DE BANÍ: PARAÍSO DE MONTAÑAS Y AGUAS HELADAS

Guía completa para visitar cascadas, pozas y senderos en este tesoro escondido de Peravia.

Publicado el | Por Alexis Samboy
Última actualización:

Categoría: Naturaleza, Ecoturismo

Tiempo de lectura: aprox. 8 minutos

COMPARTIR:

Un refugio de aguas frías y bosque tropical

Entre montañas y vegetación espesa, Las Yayitas de Baní ofrece pozas de aguas heladas, cascadas limpias y senderos que invitan a explorar con calma. Aún fuera del turismo masivo, es ideal para desconectar y disfrutar naturaleza pura.

Museo de la Bicicleta en El Recodo
El peculiar Museo de la Bicicleta en El Recodo, camino a Las Yayitas.

Origen y significado

El nombre “Yayitas” se asocia a la raíz taína Yaya. Para los locales, estas aguas siempre fueron sitio de descanso y renovación. Hoy, el lugar conserva ese espíritu: naturaleza viva y respeto al entorno.

Monumento de la bicicleta en El Recodo
Monumento de la Bicicleta, buen punto fotográfico.
Casa rural típica en El Recodo
Arquitectura vernácula camino a las cascadas.

¿Cómo llegar?

Desde Baní, toma la ruta hacia El Recodo (≈35 min). Tras lluvias, el camino final exige precaución; considera guía local o vehículo alto.

Entrada de El Recodo hacia Las Yayitas de Baní
Tramo final entre colinas y fincas.

La magia de las pozas y cascadas

Las Yayitas reúne varias caídas y pozas de distintos tamaños. El agua (≈18–20 °C) es sorprendentemente cristalina.

Cascada principal en Las Yayitas de Baní
Cascada principal y poza profunda.

Consejo local: si llovió fuerte el día anterior, evalúa la corriente antes de nadar y evita saltos.

Poza de aguas heladas y cristalinas en Las Yayitas
Pozas claras para relajarse y fotografiar.

Qué llevar y qué evitar

  • Calzado con buena tracción, traje de baño, toalla.
  • Agua, snacks, protector solar y repelente.
  • Lleva bolsa para tu basura; cuida flora y fauna.
  • Evita ir solo si no conoces la zona; contrata guía local.

Mejor época

Todo el año es viable. En seca (dic–abr) hay caminos más accesibles; con lluvias (may–nov) aumenta el caudal y la exigencia del terreno.

“En Las Yayitas, el agua despierta y la montaña abraza. Vas por frescura y vuelves con calma.”